CHAVES, LA LLAVE DE PORTUGAL.
Chaves es el plural de chave y esa palabra significa llave en portugués. Y las llaves salen en el escudo de la ciudad. Para muchos habitantes del norte de España el primer contacto con Portugal se hizo a través de esta ciudad y de su mercado, por no hablar del comercio. Hordas de amas y amos de casa invadían cada fin de semana Chaves para aprovisionarse de mercancías más baratas que en nuesto país. Por supuesto que muy pocos aprovechaban para deleitarse con el rico patrimonio histórico y los hermosos jardines.
Hoy en día Chaves tiene una comunicación óptima por autopista con todo el país gracias a la A-24, que permite llegar a Porto en hora y media, por ejemplo. Eso sí, la autopista pasa a unos 7 km de la ciudad y eso les joroba bastante. Desde la frontera compensa circular por la carretera vieja y se llega en 10 minutos.
En Chaves hay buenos hoteles como el Forte de San Francisco, en plan parador, o bien el Aquae Flaviae, algo venido a menos pero de buen precio. A pocos kilómetros está el nuevo Hotel Casino de Chaves y en Vidago, a quince minutos tenemos el Palace. Para comer está el restaurante Carvalho, junto al aparcamiento de las termas de Chaves. No es alta cocina pero sí ofrece platos apetecibles a precios contenidos.
En cuanto a la población en sí, no justifica una visita desde muy lejos pero como Chaves se ha convertido en un punto de paso quizás merezca la pena hacer etapa para dormir o bien dedicar al menos unas horas a pasear por una ciudad de lo más portugués, a pesar de estar tan cerca de España.
La zona antigua tiene edificios muy bien conservados y todo está rehabilitado con bastante gusto. Por cierto que hay un interesante balneario y en el exterior podremos tomar agua termal gratuitamente; cuidado porque sale muy caliente y hay que beberla así.
El jamón de Chaves es muy famoso pero no sorprende mucho a los españoles. Lo más típico son los llamados folares, unas hogazas de pan rellenas de chorizo que recuerdan mucho a la borona asturiana.
En Chaves tienen hasta puente romano y todo. El patrimonio incluye iglesias preciosas y fuertes exquisitamente rehabilitados. Lo más visitado es la Torre del Homenaje, cuya visita es muy barata y ofrece bellas vistas.
Mi recomendación es no pasar de largo porque la ciudad tiene encanto. Su bodega cooperativa vende vinos muy dignos a precios bajos y el comercio es de alta calidad. En España hay pocas ciudades así, tan armoniosas y tranquilas.