APARCAR EN LA CALLE EN OPORTO. CUIDADÍN, CUIDADÍN.
No me gusta entrar a las grandes ciudades en coche, pero los sábados no se aplica la zona azul en Oporto y hay poca actividad comercial, con lo que se puede aparcar gratis casi en el cogollo de la ciudad, lo cual es una tentación.
Así pués, estacioné al lado de Cedofeita con la ayuda de un arrumador (gorrilla) al que obsequié con un euro. El citado aparcacoches me comentó que de ninguna manera se me ocurriera dejar el coche en esa misma calle por la noche y además me mostró dos coches españoles aparcados cuyas lunas habían sido rotas por desconocidos. A veces para robar y a veces solo por fastidiar, son demasiados los turistas españoles cuyos coches sufren estas trastadas que les amargan el viaje y además desacreditan al país. Puedes dejar un coche de alguien de Oporto en Santander y no pasa nada, pero nos es tan sencillo si eres de Santander y dejas el coche en Oporto.
Como no había mucho tránsito de coches ni de peatones acabé metiendo el vehículo en un parking por horas y me quedé tranquilo de narices. Por lo visto y según numerosos testimonios, los ataques vandálicos a coches españoles son demasiado frecuentes, así que conviene no arriesgar lo más mínimo. Los precios de los parkings tampoco son tan disuasorios y el dinero vale para garantizar la seguridad.
Así pués, estacioné al lado de Cedofeita con la ayuda de un arrumador (gorrilla) al que obsequié con un euro. El citado aparcacoches me comentó que de ninguna manera se me ocurriera dejar el coche en esa misma calle por la noche y además me mostró dos coches españoles aparcados cuyas lunas habían sido rotas por desconocidos. A veces para robar y a veces solo por fastidiar, son demasiados los turistas españoles cuyos coches sufren estas trastadas que les amargan el viaje y además desacreditan al país. Puedes dejar un coche de alguien de Oporto en Santander y no pasa nada, pero nos es tan sencillo si eres de Santander y dejas el coche en Oporto.
Como no había mucho tránsito de coches ni de peatones acabé metiendo el vehículo en un parking por horas y me quedé tranquilo de narices. Por lo visto y según numerosos testimonios, los ataques vandálicos a coches españoles son demasiado frecuentes, así que conviene no arriesgar lo más mínimo. Los precios de los parkings tampoco son tan disuasorios y el dinero vale para garantizar la seguridad.