EL GRAN PASEO JUNTO AL DUERO QUE NO ESTÁ EN OPORTO
Muy probablemente esta propuesta no es prioritaria para viajeros que pasan tres noches en Oporto y tienen otras cosas mejores que hacer durante su primera estancia en la ciudad. Esta ruta peatonal encantará a aquellos que repiten visita o bien frecuentan la ciudad. Por lo menos tienes la garantía de que no es una actividad masificada y además ofrece excepcionales vistas del Duero desde la orilla derecha. De hecho no es sencillo pasear por la ribera del río, ya que normalmente el acceso está ocupado por propiedades privadas.
Hablamos de una ruta para peatones y bicicletas de 2 kilómetros y medio, o sea que los cinco kilómetros de ida y vuelta se hacen cómodamente en una hora sin esfuerzo. Naturalmente el perfil es prácticamente llano y se puede usar para hacer jogging en un entorno amigable, por si el viajero echa de menos su carrerita diaria.
Lo curioso es que esta ruta se halla en el municipio de Gondomar y no en el de Oporto. Se empieza desde un parking que veremos en esta ubicación y que queda cerca de la Pousada do Freixo, que cuenta con espectaculares jardines. Ojo porque aunque la senda parte casi al lado de la Pousada, no se puede acceder directamente.
A partir de ahí todo es belleza y entretenimiento, porque cada poco hay un sitio para tomar algo o ir al servicio y algunos de los locales hosteleros tienen terrazas molonas con tumbonas en plan chillout de esas que tan de moda están ahora.
Efectivamente hay incluso playas fluviales y todo. Llegaremos a la zona de Gramido, donde termina la ruta. Puede que en los próximos años incluso se prolongue la ruta un poco. De momento tenemos actividad de media jornada con gasto de calorías y gran placer de contemplación. Si por casualidad no hallamos sitio en el aparcamiento, hay otros después.
Todo esto se halla en la nacional 108, que podemos seguir incluso andando por acera desde el puente Don Luis, el metálico, ese donde el metro utiliza el tablero superior y que nos permite acceder a la zona de bodegas de Vila Nova de Gaia.
No resulta sencillo acceder desde la zona baja de Oporto por transporte público. Si tienes coche puedes aprovechar después para recorrer la carretera que sigue el cauce del río durante algunos kilómetros. Recurrir al taxi puede ser una buena opción para acercarnos al inicio del paseo.